Masajes

jueves, 7 de enero de 2016

10 razones para no recibir un masaje

Las 10 principales razones por las que las mujeres no pueden permitirse recibir un masaje:

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Más allá de las obligaciones que tenemos a diario con nuestra familia, amigos, trabajo, estudios, etcétera; es de vital importancia darnos el tiempo para ocuparnos de nosotras mismas.

Realizarnos chequeos médicos (¡visitar al dentista y al oculista también!), ir a la peluquería, recibir un masaje o tomar una clase de pilates. Necesitamos cuidarnos a nosotras, para poder seguir cuidando a los demás de la mejor manera posible.

Pero centrándome en lo que me compete, recibir periódicamente un masaje nos hace sentir bien, conectadas con nuestro cuerpo, con una energía equilibrada, relajadas y como si fuera poco dormiremos mucho mejor.

Pese a esto hay mujeres que lo postergan, o procastinan si es que le gusta más esta palabra, así que se me ocurrió hacer un TOP TEN con las razones por las cuales lo hacen y además les he dejado unas sugerencias para que de una vez se decidan a disfrutar de esta experiencia.

Las 10 principales razones por las que las mujeres no pueden permitirse recibir un masaje:

Razón N°1: “No lo puedo pagar.”
El masaje no es tan caro como algunos piensan y adquiriendo cuponeras puedes conseguir un mejor precio. También le puedes pedir un Certificado de Masaje como obsequio a tus seres queridos, quienes seguramente no duden en dártelo porque lo mereces.
Recuerda que el masaje es una inversión y no solo un lujo reservado para ocasiones especiales. Estás ganando en tiempo y en bienestar.

Razón N°2: “No tengo tiempo.”
Muy común en estos días. No te preocupes, los horarios son desde la mañana hasta la tarde y seguramente podamos coordinar una sesión antes o después de tus ocupaciones.
Los niños a veces no nos permiten salirnos de la rutina, pero sin dudas un familiar o una amiga pueda cuidarlos unas horas para que tú puedas disfrutar de un masaje relajante, y la semana próxima tú puedes cuidar a sus niños para que ella sea la beneficiada.

Razón N°3: “Creo que no necesito un masaje.”
No es necesario estar adolorido o con movimientos restringidos para disfrutar de un masaje.
Hay muchos estudios y testimonios que avalan que el masaje es muy beneficioso para la salud, así que no voy a aburrirte con eso. Solo recuerda que el masaje es preventivo de varias dolencias y altamente placentero.

Razón N°4: “No estoy segura de qué técnica sea buena para mi, ni de cuánto debería pagar por ella.”
Bien, sobre las técnicas lo mejor informarse. Puedes leer sobre ellas y elegir una o podemos buscar juntas la más adecuadas a tus necesidades, esta última es la que considero más recomendable.
Personalmente incorporo diferentes técnicas de masaje durante una misma sesión para procurar no solo la relajación, sino también el alivio del paciente.
Sobre el precio, solo puedo sugerirte que investigues a través de internet, consultes a tus amigos, hagas algunas llamadas y compares.

Razón N°5: “Una vez me hice un masaje y no me hizo nada.”
No todos los terapeutas trabajamos de la misma manera, por eso una experiencia no muy buena no debe asumirse como una ineficacia de una técnica, ni de una terapia.
En lo personal procuro que el masaje sea una experiencia agradable y relajante; con una ambientación adecuada y utilizando las técnicas y maniobras más adecuadas para cada paciente.
Así que te sugiero darle una segunda (…o tercera) oportunidad al masaje.

Razón N°6: “No me gusta mi cuerpo y me da vergüenza.”
Si bien es entendible que algunas personas tengan reparos ala hora de mostrar su cuerpo, debes tener presente que los masoterapeutas tenemos como mayor motivación el ayudar a las personas. Tratamos con diferentes tipos de cuerpo y en lo que a mi respecta procuro mantener al paciente cubierto, salvo por al área que esté trabajando.
Igualmente si tienes una gran inhibición puedes optar por reflexología podal, shiatsu, auriculoterapia, etc.

Razón N°7: “No quiero que me dé masajes una desconocida.”
Para eso es bueno tener una amiga masajista, buenas referencias de alguna o buscar la manera mediante una charla telefónica o solicitando una entrevista previa a la consulta para conocer a la terapeuta.
Soy consciente que quien se recuesta sobre una camilla está depositando una gran confianza en mi, y créeme que lo valoro y lo respeto muchísimo.

Razón N°8: “No sé si podré comprometerme a hacer un tratamiento.”
Un paso a la vez. La experiencia del masaje suele ser agradable, así que seguramente procurarás repetirla periódicamente. No es necesario adquirir una cuponera de varias sesiones de masajes si no lo deseas. Hay opciones de hacer un tratamiento (por ejemplo de drenaje linfático), o de sesiones puntuales para aliviar dolencia.

Razón N°9: “Tuve una mala experiencia una vez.”
Los terapeutas por lo general tenemos diferentes tipos deformación, estilos, técnicas y experiencia. Quizás en esa ocasión el terapeuta usó una técnica inadecuada, una presión excesiva, o tú estabas con presión baja o recién habías comido o por el contrario tenías muchas horas sin comer. Las razones pueden ser infinitas, pero manteniendo un diálogo abierto y honesto es la manera más sencilla de obtener el resultado que tú esperas.
Personalmente, procuro ser muy realista sobre las expectativas que se pueden tener luego de una sesión o un tratamiento, muchos de ellos no depende solamente de mí sino que son un trabajo en conjunto con el paciente en el que ambos debemos comprometernos y dar lo mejor.

Razón N°10: “No sé si mi marido aceptará de buena gana que yo haga este gasto.”
Es difícil opinar sobre la economía familiar de otros, pero poniendo como “pros” todos los beneficios del masaje, ésta “contra” no parece ser tan grande.
Además, todos tenemos derecho a relajarnos y sentirnos bien, ¿no? De seguro nuestra pareja quiera lo mejor para nosotras y de hecho nosotras siempre sabemos conseguir lo que realmente queremos.
Espero haber cubierto las principales excusas y que prontito nos estemos viendo en una sesión de masajes.

Gabriela Rocha
MASOTERAPEUTA



No dudes en ponerte en contacto para obtener más información, o para agendar una sesión llamando al 092 30 44 70 o enviando un mail a gabrielarochamt@gmail.com
También puede visitar mi otra página para enterarte más sobre mi trabajo www.GabrielaRochaMT.com